¿Cómo pudo pasar ésto? Un escéptico obligado por fuerzas "sobrenaturales" a cambiar mis ideas y ahora voy con un humilde señor en busca de respuestas en el Vaticano, es que mientras más lo pienso, más absurdo me parece.
Sin embargo, lo que fuera suficiente para ayudarme en éstos momentos era completamente bienvenido, nunca pensé que llegaría tan bajo, pero sigo escéptico, no creo que sea algo sobrenatural.
Llegando al Vaticano, el padre Gerardo me leva hacia donde está el Papa, y comenzó lo que necesitaba. A pesar de que yo no hablaba italiano, el padre Gerardo sí, le habló de todo lo que yo experimentaba, además creo que por ahí iba más o menos el diálogo:
- <<Sí, parece que éste hijo mío experimenta con varios demonios, ¿usted cree que esto podría llegar más lejos?>>.
- Papa: <<No se preocupe, me encargaré de él, debido a que tendremos que hacerle una limpieza de alma>>.
- <<¿De veras? No creía que fuera tan seria su situación, incluso llegué a pensar de que sería solo un simple exorcismo>>.
- Papa: <<Si, porque nos enfrentamos a verdaderos demonios. Recuerda: Mefistófeles es uno de los séquitos de Satán, Leviatán es una bestia y Amón un marqués del infierno>>.
- <<De acuerdo, habrá que proceder>>.
Gerardo me dijo que harían una limpieza de alma, pero aún desconfiaba de obtener "resultados positivos", sin embargo, ya estaba aquí y estaba preparado para lo que fuere.
Empezando la limpieza, se me dijo que debían dormirme, no entendí para que, pero no repliqué y luego:
- Mefistófeles*: Necesitamos al sujeto, hay cosas más importantes que él debe enfrentar más adelante...
- Leviatán*: Realmente debe hacer algo trascendental...
- Amón*: ¡¡¡Luchen, lo necesitamos!!!
- Papa: Con el poder de Cristo conmigo, los destierro hacia el lugar de dónde salieron...
- *: ¡¡¡NOOO!!!
Según el padre, ya había terminado todo ésto...
1 mes después de la limpiezaSeguía trabajando en el láser, un sujeto llamado Alfred se hizo amigo mío, por lo menos había gente que me ayudara, pero alguien hacia quien tuve especial cariño, me recordaba a mis padres, en lo poco que me ayudaba el sujeto, me agradaba, y aunque me ayudaba con el láser, sabía que por lo menos quería ser quien lo probara (y no como conejillo de Indias).
Pasaron los días, mientras se hacían los intentos, cada vez que me acercaba a paso lento que funcionara perfectamente, aunque quisiera haber abandonado aquel proyecto, seguía con la insistencia de ver que tan lejos podía llegar.
Hubo un día...
- Alfred: Oye Chester, ¿quieres probar de nuevo el láser?
- Ahora no, me parece que es un poco tarde, ¿qué tal mañana?
- Alfred: Es que me parece que ya está perfeccionado.
- Creo que será mejor mañana.
- Alfred: De acuerdo...
Ése había sido el de acuerdo más vacío que había escuchado, porque cuando desperté, lo encontré muerto.
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